Todos tenemos una zona de confort. Esta zona es diferente en cada individuo. Nos viene dada por el entorno que heredamos, esto incluye el legado de nuestros padres, la ciudad donde nacimos y las personas que conocemos. Esta zona de confort es impactada por la zona de aprendizaje, que incluye las experiencias nuevas a las que nos exponemos.
De nuestra actitud depende que nos quedemos anclados en nuestros hábitos, nuestras rutinas o aprovechemos los aprendizajes para movernos hacia nuestra zona de pánico o zona mágica. Es necesario reconocer que lo que nos impide movernos son nuestros miedos, por lo es necesario definírlos para poderlos enfrentar y gobernárlos.
La zona mágica es donde están nuestros sueños, por lo que para alcanzarlos debemos saber quienes somos, conocer nuestras fortalezas, saber que queremos y con nuestra autoestima fortalecida y amparados en nuestra motivación como fuerza interior vencer los temores.
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